10 mar 2013

Máncora vol. II

Como contaba en el post anterior, al otro día fuimos a ver a los chicos que nos habían invitado amablemente, pero antes pasamos a tomar desayuno a un local que tengo que recomendarles, el Angela's Place. Este sitio es de una europea que se vino a radicar a Máncora y sirven platos vegetarianos en esta línea adaptándolos a los ingredientes locales. El único pero es que el segundo día que fuimos pedí un strudel que se notaba que había estado congelado, por lo que antes de pedir, pregunten si el plato ha sido cocinado en el día.





Jugo de maracuyá, pan de plátano, pan integral con humus y otras delicias que llegaron después.

Luego fuimos a conocer los hoteles que están al sur del pueblo. Para ir, es tan simple como tomar un motokar, negociar un precio y partir. Lo que pagamos esa vez fueron 10 soles.
En la parte sur están todos los hoteles que aparecen en paquetes turísticos, tienen acceso directo a la playa. No vi hoteles tipo all inclusive (esos terribles que uno ve en el Caribe en los que prácticamente no sales del hotel), hasta la fecha, sólo había uno que estaba más al norte camino a Tumbes, el Decameron. Así que estos hoteles me parecieron buenos si se tiene el presupuesto para ello, aunque es un poco más complicado bajar al pueblo a dar una vuelta.
Justo ese día se nubló, así que no disfrutamos de la playa... pero eso no me detuvo a la hora de jugar un poco ahí.









Al día siguiente recorrimos un poco el pueblo en la mañana; es tan chiquito que puedes caminar por la parte más céntrica y llegar a la residencial en menos de 5 minutos. Compramos un poco de fruta y partimos a las mismas playas para tomar un poco que sol, hecho que derivó en las quemaduras de sol más chistosas de mi vida, por culpa de un bloqueador solar en spray y el viento loco de la playa que lo esparció para cualquier lado.



Perritos motokarizados.







Just chillin'.




Pasé a la feria que eran 2 cuadras de puestos donde me lo habría comprado TORO.




Añú <3




Casitas mancorenses.





Aquí debo detenerme un poco. Le compramos a este caballero guabas, plátanos pequeños, granadillas (que son lo más cercano al cielo hecho fruta) y cuando nos ofreció mangos, lo dudé. El sabor del mango en los dulces, jugos y todo eso siempre me pareció por decir lo menos asqueroso... pero nos dio a probar un poco y casi me desmayo. QUÉ FRUTA MÁS RICA POR DIOR. Desde ese día en adelante amo el mango.




La playa, una cosa estresante de mirar.





Granadilla y mini plátano, el snack de la tarde.



Unnghh.





Había un bar en la playa que abría a las 5, y como buenas chilenas, ahí estábamos esperando para alcoholizarnos :D

En la noche estábamos tan a-go-ta-das que tuvimos que partir a comer a un local de esos que tienen menú por 8 soles, pero para picotear nos iluminamos y pedimos patacones, que es plátano verde frito y salado. Qué cosa más maravillosa.




Bueno, el resto son postales de lo que recorrimos el día que nos quedaba; festival de fotos ahead:



Este perrito es la raza peruana, se llama Calato. Es rarísimo. Me recuerda a un Anubis.





Paseo por la playa en el pueblo, en la zona de restaurantes que están en la playa.










Comprando una cosita poca.










La última noche nos fuimos a comer a un restaurant más gourmet. Era caro y no era malo, pero la verdad no valía la pena gastar tanta plata en él.



Última mañana de paseo.



En esta foto algo se ve del diseño sexy que quedó en mis piernas después del episodio bronceador + viento ;D



Un caballito de mar, el primero que vi y estaba muerto el pobre.

Con todo, la ida a Máncora estuvo genial. Me quedé con muchísimas ganas de volver a Perú y recorrer otras zonas que no sean necesariamente playeras, y de seguir hacia el norte, a Ecuador. Estamos tan cerca que hay mucho tiempo para conocerlo todo!



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