17 nov 2012

Máncora, Perú!

El Viaje

Hace ya un buen rato que fui a Máncora de vacaciones, pero quiero compartir la experiencia por si alguien se anima a ir pronto y no tiene una referencia de primera mano. Por lo mismo, es un poco largo el relato! Espero que sea útil.

Viajé en Agosto con mi hermana, en el momento justo, porque a esas alturas necesitaba un respiro del año DE LOCOS que ha sido este. La ruta que seguimos fue Santiago - Lima - Tumbes, y luego una van hacia Máncora. La otra ruta que se usa bastante es Santiago -Lima -Piura, pero esta ciudad queda un poco más lejos de Máncora que Tumbes. 
La van que tomamos nos costó S/10 por persona, y nos dejó ahí mismo un taxi que tomamos en el Aeropuerto que nos cobró S/20. Si bien no era para nada pituco, cumplía el objetivo: llevarnos sanas y salvas.
El viaje a Máncora dura entre 1:30 y 2 hrs. y cada vez se va poniendo más agreste el paisaje; el norte de Perú es bastante seco por esa zona, aunque como ha sido históricamente una zona en conflicto con Ecuador. Algún lugareño comentó que a partir de la frontera con Ecuador, el paisaje automáticamente cambia a verde (y de hecho más al norte hay arrozales y plantaciones de plátano). Eso es porque esa parte de Perú quiere ser Ecuatoriana ;D 

Llegamos un día domingo al pueblo, medio perdidas porque si bien yo tenía algunas referencias de hostales BBB y no tan BBB, el tiempo espacio era un concepto desconocido y la idea era estar en el lugar para ver mejor las distancias, la onda de la gente, etc, etc. Ni bien nos bajamos de la van y se nos acercó el conductor de un motokar (las motitos de tres ruedas adaptadas como taxi, con toldo y todo) y sacó un abanico de folletos de hostales del pueblo para recomendarmos. Al final nos ofreció llevarnos por un tour por distintos hostales por S/1, y dejarnos en el que más nos gustara. 
Así llegamos al Arena Blanca, que estaba justo en el boulevard que da hacia la playa. Era grande, con piscina interior y restaurant, pero lo que nos convenció fue la pieza con balcón que inocentemente pensamos que usaríamos. Sí me preocupaba un poco el ruido, porque al estar en pleno boulevard, el ruido de los locales era bien estruendoso; ante eso el chico que nos atendió nos a-se-gu-ró que no se sentiría ruido en la noche porque los cristales de las ventanas eran grandes. Y ante eso, sólo puedo recomendarles: NO LES CREAN NADA! Jajajaja. Porque ruido sentimos definitivamente esa noche.
Al final decidimos quedarnos ahí al menos esa noche porque estaba bien ubicado y porque estábamos demasiado cansadas como para seguir buscando, al menos por ese día. La habitación doble, apenas amoblada y con un baño básico (= sin agua caliente) costó S/80, que después supimos que era básicamente una estafa. Pagamos el noviciado con creces...
En fin, ese día fuimos unas blancas palomas, inocentes de toda preocupación. Nuestro único requerimiento era cambiarnos de ropa, salir a conocer y alcohol. Así que salimos primero a la playa, a tocar el agua y comprobar qué tanto más tibia era respecto al agua de Chile, y pucha que grande era la diferencia! Definitivamente daban ganas de bañarse ahí. Luego fuimos a recorrer las 4 cuadras que contienen el súper centro de Máncora. 
Hay que tomar en cuenta que la carretera cruza medio a medio el pueblo, y por lo mismo en todo momento se ve bastante movimiento. Por un lado es bueno, porque siempre hay gente en la calle; por otro lado puede ser un poco malo, por el ruido. hacia el sur del Boulevard donde encontramos hostal, están los locales que son un poco más caros. Esa noche nos convenció el happy hour de uno que se llamaba La Mosca en la Sopa, atendido por una chica argentina muy simpática; el local ofrecía 2 tragos por S/15, que es el precio promedio para HH. Pedimos dos maracuyá sour que estaban exquisitos: realmente se notaba que estaban hechos con fruta natural. 
Después de eso se nos abrió el apetito, obvio, así que decidimos volver al boulevard a buscar algún sucucho donde comer. Por todo el centro hay locales que ofrecen menús desde S/10 hasta S/7. No se engañen por el precio, porque me atrevo a asegurar que en todos lados es bastante bueno, hay mucho turista como para arriesgarse a que no sea así. Esa noche, nosotras comimos en uno que tenía suelo de arena y cumbia o algo tropicaloide a todo volumen. Fuimos felices con una entrada de Tiradito, un fondo bastante generoso y un jugo de maracuyá. Luego de eso, recorriendo, encontramos un local con ofertas de Tour a los Manglares que nos pareció razonable y completo. Por S/180, el tour partía en el Santuario de los Manglares, cerca de Tumbes, con recolección de conchas negras incluidos; almuerzo, visita a los Manglares de Puerto Pizarro que eran menos exuberantes, una visita al criadero de cocodrilos y la vuelta a Máncora. Aunque partía a las 7 am y estábamos un poco destruidas decidimos tomarlo porque no era seguro que lo volvieran a hacer durante la semana ya que la cantidad mínima de personas eran 5.

Después de eso era el momento de descansar de las 12 hrs que pasamos viajando, así a volvimos al hostal a desmayarnos de cualquier forma sobre la cama.

Al día siguiente dejamos las cosas en el hostal y partimos en una van rumbo a lo desconocido. El grupo era bien entretenido; habían 3 chilenos más, dos chicos peruanos y un gordito que documentó todo, pero TODO, el viaje.
Para que se hagan la idea, el Manglar es el árbol que crece en los ríos de agua dulce cercanos al mar, por lo que tiene una resistencia especial al agua salada que entra desde el océano durante la marea alta. Los bosques de estos árboles se denominan (adivinaron!) Manglares, y el ecosistema que genera es bien complejo. No les contaré más para que vayan, ojo. La idea de partir el tour tan temprano era aprovechar que la marea aún se encontraba baja para poder sacar conchas negras nosotros mismos, y de ser posible hacer un ceviche in situ, cosa que no pudimos hacer porque llegamos un poco tarde. En el santuario, no se pueden usar lanchas o botes con motor, todo debe hacerse con remo, para alterar lo mínimo posible el lugar.



Ready to go! 
















La marea siguió subiendo a medida que entrábamos en los Manglares... salimos con músculos de tanto remar.






We did it! We got the Amulet!


El manglar y sus raíces. 


 



Súbete a las raíces, decían. Será divertido, decían.
















Quién dijo kayac?


















Ese día me conecté con el Manglar y choqué 10 veces con él.

















El paseo fue buenísimo, aunque claramente el kayac me hizo quererlo aún más.

Luego partimos a Puerto Pizarro, que es otro manglar, pero este tiene más contacto directo con humanos y por lo mismo es más pequeño que el del Santuario. Ahí no nos bajamos y seguimos derecho en un bote a motor hasta el Criadero de Cocodrilos. 





Estos pobres no tienen fecha para salir de ahí, por lo que nos dijo el guía.
Había un apartado para los cocodrilos "especiales": los que no habían crecido mucho y eran molestados por eso.




Mini Cocodrilo is Mini.


Un besito en la naricita?




La Isla de los Pájaros.
















Una fragata con su pecho conquistador. 

















Luego del Criadero pasamos por una isla que se llama Isla de los Pájaros, porque incluso en marea baja es inaccesible para los predadores de los pájaros que hacen sus nidos ahí.
En Puerto Pizarro comimos ceviche de Conchas negras en un sucucho completamente turístico = no barato. Alguien también pidió un plato de Majarisco, que es plátano verde frito con una salsa de mariscos encima. Tan delicioso que daban ganas de llorar.

Ese día, de vuelta a Máncora, nos fuimos a tomar algo con los chilenitos. Terminamos comiendo pizza y Micheladas en uno de estos restaurantes pitucos pero pagables aunque no recuerdo su nombre. Quedé invitada para ir a pasar el día siguiente a su hotel que estaba más al sur, en el sector más exclusivo de playas.























Les cuento el resto en otro post para no hacer este tan largo? 

Un par de consejos por si viajan, onda, mañana:
1) Asegúrense de llevar Soles desde Chile. Yo no lo hice y el cambio fue groseramente malo para mí, porque terminé cambiando S/2,5 por dólar.
2) Protector sola-ar! Untense bien. Yo y mi accidente solar son la prueba fehaciente que deben embetunarse bien con un buen protector. Recién ahora, 3 meses después, se me está quitando el diseño de cebra fascinante que tenía todo my beautiful body.
3) No se vayan sin probar el ceviche de Conchas negras. Seriously.

Cualquier dato extra es bienvenido, para cuando vuelva!

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