10 may 2013

Cosas raras que una come en China.



No, esto no lo comí! Era una muestra de la preparación en un restaurant típico.


Llegué hace poco de mi segundo viaje a China... full trabajo, full sorpresas, full experiencia. En otro post a lo mejor seguiré contando sobre lo que sucede allá! Por ahora, lo importante: Cosas extrañas que probé durante el viaje. En general trato de probar la mayor cantidad de cosas posibles dentro de mis parámetros, o sea, no voy a comer gato, perro o brocheta de escorpión, pero si puedo probar algún sabor nuevo, bienvenido sea. Mis destacados de este viaje fueron:


Langosta
Ok, este es lejos mi top 1. Para mí fue súper inesperado el sabor y textura de esta carne. Es como una sensación de comerte un camarón gigante, pero más rico; además estaba perfectamente sazonado. Y al fondo el plato tenía una cama de fideos de arroz "cabellos de ángel" que estaban impregnados del sabor de la langosta, omnom.


Postre de sésamo negro
Esto lo compré cuando fui a tomarme por asalto el supermercado que estaba al lado del hotel. Habían muchas marcas y ninguna explicaba realmente qué era esto, sólo tenía claro que el ingrediente principal era sésamo negro. Investigué la parte de atrás de los envases y en todos aparecían caras de gente muy feliz comiendo después de mezclar el contenido del envase con un poco de agua caliente, así que me dije a mí misma que con lo que costaba (cerca de $560) no perdía nada con probarlo. Una vez de vuelta en mi casa me hice uno y OH DIOR. Muy muy rico, ligeramente dulce y de un olor muy penetrante, me encantó. Ahora me quedan dos sobrecitos y ando angustiada averiguando la receta o dónde puedo conseguir más! 


Sopa coreana
En la visita a un viejo proveedor en el pueblo de Baoding, nos llevó a comer un almuerzo que fue lejos, el que más me gustó en todo el viaje. En la mesa le ponían a cada comensal una olla con un mechero, y un líquido base que tenía algunos condimentos y verduras, junto a un pocillo con una pasta líquida a base de maní. Luego, en la clásica mesa giratoria de vidrio, iban poniendo de todo: bife, carne de cordero, camarones, pulpo, calamar, hongos, hojas verdes, fideos... uno lo iba cociendo en su ollita y se comía con la salsa de maní, y estaba maravilloso. Yo y mi garbo quedamos todos manchados, pero valió la pena.


Té coreano de trigo
En Zhengzhou, fuimos a almorzar a un restaurant que no tenía nada de particular (excepto la tremenda pileta que tenían en la entrada LLENA DE SAPOS GORDOS.No quiero pensar que hacían con ellos), junto con el almuerzo nos sirvieron un té que me gusto mucho, porque tenía un sabor muy cálido. Le pregunté a mi compañera china qué era, y me explicó que era té de trigo, muy popular en los restaurantes coreanos. Luego busqué y busqué y me traje dos versiones: en granulado y en bolsita. Hasta ahora sólo he probado el granulado y le amo.
UPDATE: Encontré en los supermercados de Patronato también! YAY!


Galletas de té verde
En la tienda donde compré el té de trigo también tenían muchos tipos de galleta. Me llamó la atención unas de té verde que me recordaron unas que horneó mi hermana hace un tiempo y que le quedaron muy ricas, así que decidí probar estas. Estaban tan buenas, que lo único que quiero es ponerme a hacer galletas cuando haga un poquito más de frío. Si alguien se anima a hacer, la clave es usar un poco de sal en la receta; resalta el sabor de una manera increíble.


Té pu-erh
He probado el té Pu-erh acá en chile, obvio. Para alguien como yo que siempre anda buscando cosas nuevas para probar, no es ninguna novedad. O eso pensaba cuando me senté a la mesa a degustar diferentes tipos de té que vendían en una muy popular y cara tienda de té, Dr. Tea. Cuando me hicieron probar un té Pu-erh añejado por años aluciné, porque este tipo de té es como el vino que puede guardarse durante tiempo indefinido y el sabor va adquiriendo otra dimensión. Me gustó porque es un té oscuro, denso, con un fuerte sabor a arroz. 
Luego, la chinita que nos hizo desgustar el té me persiguió para que comprara en la tienda, pero los precios eran irrisorios de caros. Después de un rato y ya bastante enojada le corté el discurso... para ir a mi tienda favorita de té y comprar un té bastante decente a un 2,5% de lo que me quería vender la otra ridícula. JA! Con mayor razón disfruto mi té ahora.


Pato pekin
Había escuchado taaaanto sobre este plato, que era tan rico, que el pato, que esto, que lo otro. Cuando lo probé no le encontré nada del otro mundo, aunque es una forma segura de poder comer en China sin pasar sustos porque básicamente no tiene sabor a nada.
Este es un plato donde sirven una especie de tortilla blanda de arroz, una salsa bastante desabrida, cebollín cortado finito en tiras y pato, mayormente el cuero del pato. Hay que hacer un wrap con estos ingredientes y listo. Pero francamente no tiene sabor a nada, encontré.


Bolitas dulces de arroz glutinoso
En China no tienen ningún respecto por los sabores de cada comida. O bueno, yo soy un poco nazi y no aguanto mucho las combinaciones poco cristianas de salado con dulce. La cosa es que en los almuerzos suelen pedir (¿o lo hacen sólo cuando voy para volverme loca? nunca lo sabremos) platos dulces junto con platos salados; en un almuerzo me tocó un plato de costillas de carne junto con una torre de raíces de loto que estaban súper dulces. En este almuerzo en particular, nuestro proveedor no tuvo muy buen ojo y pidió unas sopas muy desabridas, una carne durísima, unas verduras insípidas y medio amargas, y finalmente, unas bolitas de harina de arroz dulces fritas. No sé si sería por el hambre que tenía o si efectivamente estaban buenas, pero me encantaron, eran muy suaves por dentro y crocantes por fuera.


Hay otras cosas que probé pero lo que realmente me quedó fue esto. Sólo una cosa tengo clara: si vuelvo a ir, me voy a traer una maleta de postre de sésamo negro.

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